La supervisión reflexiva es una herramienta que puede ayudar al clero a estar atento a la presencia de Dios y a ver su ministerio a través de una lente diferente.
La supervisión reflexiva es una forma de supervisión pastoral útil como medio para que los clérigos exploren y reflexionen sobre la práctica del ministerio, su vocación y su bienestar.
Pionera en la Iglesia Metodista de Gran Bretaña, la investigación ha demostrado que la supervisión reflexiva: 1) Proporciona un acompañamiento fiable que apoya el bienestar y el florecimiento del clero 2) Fortalece la conciencia de los límites y la claridad del papel que apoya la salvaguardia de todos en la congregación, y 3) Proporciona un espacio sagrado intencional para discernir lo que Dios está diciendo.
Un clérigo (supervisado) se compromete a reunirse con un supervisor formado y aprobado en un espacio de apoyo y confidencial. Se trata de una relación de acompañamiento, que proporciona un espacio seguro para la reflexión y reduce los sentimientos de aislamiento.
La supervisión reflexiva es un espacio para reflexionar sobre el ministerio y es una ayuda para aumentar la alegría y la creatividad en el ministerio, así como para reducir el agotamiento. La supervisión reflexiva ayuda al clero:
- Centrarse en el autocuidado
- Prestar atención al bienestar espiritual, emocional, financiero y físico
- Determinar las necesidades de aprendizaje para su contexto específico
- Reflexionar sobre los retos del ministerio
- Obtener información sobre la claridad de las funciones y las expectativas
- Descubrir lo que ya se sabe y se ha olvidado
Si tiene más preguntas, póngase en contacto con Courtney LawsonAsociado del Ministerio TWK.
Reflexivo: examinar, observar, revisar, evaluar, cuestionar y ser dueños de nuestro propio pensamiento.
Supervisión: una lente, una forma de ver una situación y a uno mismo; una forma de estar en el mundo; una forma de ver con nuevos ojos. Esto deja espacio para que surja algo nuevo, creativo y que cambie la vida.